Pruebas de esfuerzo
Se desarrollan básicamente sobre una cinta ergométrica. Se va aumentando por etapas la resistencia de la cinta y/o incrementando la pendiente y la velocidad del tapiz rodante y se estudia la respuesta del deportista en cada una de estas etapas.
Con las pruebas de esfuerzo estudiamos las respuestas de la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y el electrocardiograma en la carga de ejercicio. Este estudio nos permite valorar si las respuestas suponen un riesgo o no. También obtenemos indicadores del nivel de entrenamiento como el consumo máximo de oxígeno y los umbrales aeróbico y anaeróbico, entre otros.
Hay diferentes tipos y protocolos:
Prueba de esfuerzo submáxima: no tiene como objetivo poner al deportista al máximo de su frecuencia cardíaca. Sólo se monitoriza el registro electrocardiográfico en tiempo real aumentando progresivamente la frecuencia cardiaca y se observa su evolución.
Prueba de esfuerzo máxima: es una prueba física con unas cargas de trabajo previstas y progresivas donde se registra el trazado electrocardiográfico, la adaptación de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. En determinadas ocasiones se llega al agotamiento.